
Son una serie de esencias naturales utilizadas para tratar diversas situaciones emocionales, como miedos, soledad, desesperación, estrés, depresión y obsesiones descubiertas por Edward Bach que era un gran investigador, además de médico y homeópata, se dedicó a experimentar con diversas flores silvestres nativas de la región de Gales, en Gran Bretaña.
Se graduó en Londres como médico y realizó notables trabajos de investigación en bacteriología, en lugar de tomar los extractos de las flores y empezar a hacer diluciones, como se usa en homeopatía, simplemente recogía el rocío que quedaba depositado en las flores por la mañana, y lo usaba como tintura madre, este rocío es suficientemente poderoso como para crear efectos significativos en las personas. Después experimenta sumergiendo algunos de los brotes de las flores en un frasco de cristal lleno de agua mineral, y dejándolos en el sol durante algunas horas.
Su teoría es que las enfermedades físicas tienen un origen emocional, y si los conflictos emocionales duran mucho tiempo, la enfermedad empieza a aparecer, por eso, al restaurar el equilibrio emocional se resuelve la enfermedad física. Fue de esta forma que desarrolló la Terapia de las emociones.
Así es como logró reunir 38 remedios, cada uno con una aplicación específica para un tipo de personalidad, cada una con problemas mentales o emocionales. Estos están compuestos por 34 flores silvestres, 3 flores de cultivo y el último no es una flor, sino agua de manantial, También hay un compuesto de 5 flores, llamado «remedio de rescate», que es quizá el producto más vendido de las flores de Bach.
A pesar de que el tratamiento de Flores de Bach ha estado disponible por cerca de un siglo, según datos de la Organización Mundial de la Salud la mayoría de los sistemas de seguridad social no reembolsan estos tratamientos debido a la ausencia de estudios que evidencien su eficacia y efectividad.
Los remedios pueden tomarse solos o conjuntamente con otros tratamientos, sin causar interferencias. Son completamente seguros, no tienen ningún tipo de efectos secundarios y no son adictivos. Son suaves en acción y se pueden tomar con seguridad por personas de todas las edades desde los recién nacidos hasta los ancianos. También son beneficiosos para los animales y las plantas. Los remedios no pretenden sustituir a los tratamientos médicos, ...
No se utilizan directamente para problemas físicos, sino para la preocupación, la aprensión, la desesperación, la irritabilidad, etc., de la persona que sufre, porque estos estados mentales o emocionales no sólo impiden la recuperación de la salud y retrasan la convalecencia sino que generalmente son las causas de la enfermedad. No son un remedio científico, sino un remedio metafísico y espiritual. La intención del Dr. Bach era crear un sistema donde el ser humano fuera capaz de curarse a sí mismo.
..”no solo deben emplearse medios físicos, ni sólo escoger los mejores métodos conocidos en el arte de curar, sino que nosotros debemos intentar por todos los medios eliminar cualquier defecto de nuestra naturaleza porque una curación completa al final proviene de nuestro interior…” Dr. Edward Bach.