99 maneras de quererse bien.

Pero rara vez nos planteamos qué tal se nos quiere. Qué tal se nos deja. Cómo se nos recuerda. Qué tal se nos olvidó.
Como ya advirtió la gran Chavela y después del mismísimo Trent Reznor, con los años uno aprende demasiadas cosas, no nos vayamos a engañar. A lo sumo, que amarse es un deporte de riesgo que admite todo tipo de disciplinas, a cada cual más jodida y peligrosa. Por cada forma que existe de quererse bien, hay 99 maneras de quererse de mal en peor.
Ya, ya me imagino que hoy también hablo solo por mí.
Se puede querer con el corazón entornado, típico de amores convalecientes. Estos también se dan poco a poco, pero no porque pretendan obtener nada a cambio, sino porque saben que es fundamental haberse lamido las heridas antes de volver a exponerse a toda piel. Si rehabilitación y paciencia hacen bien su trabajo, en este caso todo acaba siendo cuestión de mucho tiempo y (porque no decirlo ya) alguna paja.
Por ahí muy cerca, andan los amores divos, los más propios que existen, esos que se quieren mucho a sí mismos a través de los demás. Narcisos vueltos cardo que se deben unicamente a su público, alguien al que dar forma a su imagen y semejanza, para multiplicar el placer que de forma natural se darían con esas manitas (por no volver a escribir paja), mientras utilizan tus más sinceras emociones como simple amplificador.
Y a partir de ahí, decenas de despropósitos que, cogiditos de la mano, inundan los paseos dominicales de toda ciudad.
Amores taxidermistas, que matan, ahogan y disecan todo aquello por lo que un día se enamoraron de ti. Amores carceleros, que pretenden que, además, jamás vuelvas a ver la luz del sol. Amores placebo que intentan hacerte creer que sin ellos estarías mucho peor. Amores demóctratas, que solo parecen triunfar donde los demás la cagan. Amores perros, como ese Iñárritu, incapaces de superarse a si mismos.
Amores taja, que sirven mientras ayuden a olvidar. Amores puente, que solo te preparan para la siguiente relación. Amores escaparate, que varían según tendencia y temporada. Amores alfombra, que ocultan aún más mierda de la que se ve. Amores cómoda, orgasmos fingidos a partir del tercer cajón.
Amores de primera, siempre con segundas. Amores en oferta, solo hasta fin de mes.
Quererse mal y pronto. Quererse tanto por tan poco. Quererse mucho sin ser feliz.
Qué coño, quererse al fin y al cabo.
Risto Mejide
Como ya advirtió la gran Chavela y después del mismísimo Trent Reznor, con los años uno aprende demasiadas cosas, no nos vayamos a engañar. A lo sumo, que amarse es un deporte de riesgo que admite todo tipo de disciplinas, a cada cual más jodida y peligrosa. Por cada forma que existe de quererse bien, hay 99 maneras de quererse de mal en peor.
Ya, ya me imagino que hoy también hablo solo por mí.
Se puede querer con el corazón entornado, típico de amores convalecientes. Estos también se dan poco a poco, pero no porque pretendan obtener nada a cambio, sino porque saben que es fundamental haberse lamido las heridas antes de volver a exponerse a toda piel. Si rehabilitación y paciencia hacen bien su trabajo, en este caso todo acaba siendo cuestión de mucho tiempo y (porque no decirlo ya) alguna paja.
Por ahí muy cerca, andan los amores divos, los más propios que existen, esos que se quieren mucho a sí mismos a través de los demás. Narcisos vueltos cardo que se deben unicamente a su público, alguien al que dar forma a su imagen y semejanza, para multiplicar el placer que de forma natural se darían con esas manitas (por no volver a escribir paja), mientras utilizan tus más sinceras emociones como simple amplificador.
Y a partir de ahí, decenas de despropósitos que, cogiditos de la mano, inundan los paseos dominicales de toda ciudad.
Amores taxidermistas, que matan, ahogan y disecan todo aquello por lo que un día se enamoraron de ti. Amores carceleros, que pretenden que, además, jamás vuelvas a ver la luz del sol. Amores placebo que intentan hacerte creer que sin ellos estarías mucho peor. Amores demóctratas, que solo parecen triunfar donde los demás la cagan. Amores perros, como ese Iñárritu, incapaces de superarse a si mismos.
Amores taja, que sirven mientras ayuden a olvidar. Amores puente, que solo te preparan para la siguiente relación. Amores escaparate, que varían según tendencia y temporada. Amores alfombra, que ocultan aún más mierda de la que se ve. Amores cómoda, orgasmos fingidos a partir del tercer cajón.
Amores de primera, siempre con segundas. Amores en oferta, solo hasta fin de mes.
Quererse mal y pronto. Quererse tanto por tan poco. Quererse mucho sin ser feliz.
Qué coño, quererse al fin y al cabo.
Risto Mejide
12 lo ven a su manera:
holitas mont!!
Me gustó mucho este post, pero me vas a permitir... me encanta el enlace a Risto!!!
no lo conocía, y no sé si lo lamento, pero me gusta mucho cómo escribe. Como dice un comentario de su blog: ¿como me puede gustar tanto lo que escribe un tio tan petardo?
pues eso, gracias por el descubrimiento y por tu compañía (PD.-¿Cuándo vas a cambiar el fondo negro? me gustaba mas el azul)
Muakas!
yo soy del amor escatologico... quiero y me quiero... que te cagas...
saludos.
Sin duda hay muchísmas más formas de amar, vamos yo diría que una por cada persona del mundo mundial, pues cada cual tiene su propia idea del amor y sus propias emociones.
A mí tb me gusta Risto
besos Montse
Azki, a mi también me gusta su sarcasmo y es sagaz el tio, con toda la pinta de borde que tiene, me parece un tio inteligente.
Besotes guapisima.
Txusssss, jajajajaa, me encantas, ¿sabes? yo también soy escatológica en estas cosas, y es jodido, vamos si es jodido, sobre todo cuando van y tiran de la cadena, pero en fín, no se puede evitar querer como se quiere aunque un@ no quiera querer así.
Muacsssssssssssssssss
Mercheeeeeee, toda la razón, no hay dos personas que quieran de la misma forma, cada cual tiene su manera e intensidad y siempre nos empeñamos en pensar que la mejor es la propia, que ilusos somos, pero en fín, creo que al fin lo que cuenta es "saber querer", sea de la forma que sea, pero sentirlo.
Muassssssssscccccccccckkkkkkkkssss.
aki estoy de nuevo, te cuento... otra vez te he dejado algo en mi blog, jajajajaj, esto te pasa por ser amiga mia :P
Me ha gustado mucho tu exposiciñon sobre el amor y sus clases.
Muchos besos.
Cuando puedas, pásate por mi blog. Hay algo para ti.
Un beso.
Enhorabuena por tu premio sentimiento.
Llegué hasta ti desde la web de Sakkarah. Me quedaré por aquí a curiosear si no te importa.
Saludos
amar al fin y al cabo.....
que mas da a quien.....
si es anosotros mismos ...mejor que mejor....al fin y al cabo somos los unicos que no nos daran el palo....jajjajaa...
que lindo niñña....
bechossssssssssssssss
Azki, encantada mi niña, ya sabes que todo lo que venga de ti es siempre bienvenido, en el space seguiremos tu cadena.
Muacssssssssssssssssssss.
Sak, cielo, intento sacar tiempo esta semana (ultimamente ando muy escasa) y me paso a ver tu sorpresa, seguro que estoy encantadisima con ella.
Muackkkkkkkkkkkkkkkkksssssssssssss.
MDM, un honor tu visita, puedes quedarte y curiosear cuanto quieras, estás en tu casa, si no es molestia, pasaré yo también por la tuya, la curiosidad me puede.
Saludos.
Fire, mi rubiaaaaaaaaaaaaa, hola cuñadaaaaaaaaaa, jajajaja, ese título ya sabes que es tuyo, jejejeje, bien dicho nena, como no empecemos por querernos nosotros mismos...., mal vamos, pero ciertamente, cada cual quiere a su manera, todas son válidas, solo es cuestión de que nos sean complementarias.
Muaaaaaaaaassssscccccckkkkkkkissssss.
amar al fin y al cabo.....
que mas da a quien.....
si es anosotros mismos ...mejor que mejor....al fin y al cabo somos los unicos que no nos daran el palo....jajjajaa...
que lindo niñña....
Tu lo has dicho Mario, nadie te amará ni más ni mejor de lo que tu lo hagas.
Publicar un comentario