Cuento oriental.
Un hombre fue invitado a comer en la mansión de unas personas muy ricas y llegó al ágape ataviado con ropas modestas. Al instante advirtió que los anfitriones eludían saludarlo y que los camareros evitaban servirlo.
Como vivía cerca, corrió a su casa y se vistió con una túnica muy cara y lujosa.
Así volvió al banquete, donde nadie había reparado en su ausencia. A su regreso, los dueños de la casa lo recibieron cortésmente y los criados mostraron ante él grandes ademanes de respeto.
Llegado el momento de la cena aquel hombre se quitó la túnica y la arrojó en medio de los manjares.
- ¿Porqué haces eso?, le preguntaron extrañados los anfitriones.
- Ha sido mi túnica y no yo la que ha recibido vuestro respeto y atenciones. Que sea ella la que se quede a comer.
Mi padre me contaba muchas veces que mi adorado Antonio Gaudí, cuando estaba empezando a construir la Sagrada Familia, se presentó un día a comer al hotel Ritz de donde era asiduo, vestido con el mono de trabajo de la obra y sin afeitar, uno de los camareros le prohibió la entrada al no reconocerlo y el sin discutir se fué, se afeitó, se puso un traje y volvió, esta vez el mismo camarero no le puso pegas y al servirle la comida, Gaudí se levantó, cogió su plato de sopa y se lo tiró por encima, el camarero pasmado sin decir nada, a lo que él le preguntó si era distinto verle así que vestido con mono de trabajo y se fue sin comer de allí.
Quizá sea una leyenda urbana, quizá Gaudí leyó cuentos orientales, pero me he acordado de el al leer este cuento.
Así volvió al banquete, donde nadie había reparado en su ausencia. A su regreso, los dueños de la casa lo recibieron cortésmente y los criados mostraron ante él grandes ademanes de respeto.
Llegado el momento de la cena aquel hombre se quitó la túnica y la arrojó en medio de los manjares.
- ¿Porqué haces eso?, le preguntaron extrañados los anfitriones.
- Ha sido mi túnica y no yo la que ha recibido vuestro respeto y atenciones. Que sea ella la que se quede a comer.
Mi padre me contaba muchas veces que mi adorado Antonio Gaudí, cuando estaba empezando a construir la Sagrada Familia, se presentó un día a comer al hotel Ritz de donde era asiduo, vestido con el mono de trabajo de la obra y sin afeitar, uno de los camareros le prohibió la entrada al no reconocerlo y el sin discutir se fué, se afeitó, se puso un traje y volvió, esta vez el mismo camarero no le puso pegas y al servirle la comida, Gaudí se levantó, cogió su plato de sopa y se lo tiró por encima, el camarero pasmado sin decir nada, a lo que él le preguntó si era distinto verle así que vestido con mono de trabajo y se fue sin comer de allí.
Quizá sea una leyenda urbana, quizá Gaudí leyó cuentos orientales, pero me he acordado de el al leer este cuento.
3 lo ven a su manera:
No me extraña que lo hiciera. A mi eso me da mucha rabia...
Un beso.
montse...
Si lograste la paz al reposar en mi
pecho y serenaste tus alboratados sentidos.. Yo te agradezco la energia brindada al reposar en mi,
donde apreciaste mi "deje y mi raro
acento" y la suerte es mia al tenerte clandestina en mi mundo..
Feliz noveno año de este joven milenio, que toda tu fuerza y aMor siga acompañandome/te, y gracias por existir en mi camino..
Clandestino.....
Hola Montse, cómo estas? Un fuerte abrazo desde México.
Tenemos un refrán popular acá que dice: "Como te ven, te tratan", el cual refleja el desafortunado prejuicio en el que erróneamente caemos con facilidad a la hora de tratar a nuestros semejantes.
Feliz Año Nuevo para ti y tu familia, y mis mejores deseos hasta la tierra del Gran Gaudí.
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