Batalla campal
Guerra en estado PURO, es odioso discutir, sabes que no me gusta nada, dices, digo, aprietas, aprieto. Es un pulso, cuestión de “fuerza”, a ver quién puede más, tu razón…, mi razón…, tu orgullo…, el mío…, rabia contenida…, aguantamos bien el tirón.
Te pones la placa de “sheriff”, con razón o sin ella vas a imponer tu ley…
Mi instinto primario sale otra vez, soy potro salvaje y no vas a domarme, tiras del lazo, y cuanto más sujetas, más intento zafarme de él, no vas a poder, nunca leíste “el hombre que susurraba al oído de los caballos”, tampoco esta vez vas a domarme, aún no nació el vaquero capaz de hacerlo.
Punto álgido de la doma, en la guerra todo vale, tirón de la cuerda, cada vez más cerca, has de hacerme ceder, relincho…, roce de piel…, toda la rabia y el orgullo se transforman, ya no dices…, ya no digo…, no hay palabras, de repente hay acuerdo sin hablar.
La voz dura se ha convertido en susurro, la mirada fría ahora quema, los puños apretados con rabia descubren formas infinitas, regresan al que una vez fue el punto de partida, el descontrol ha cambiado su forma de expresión, los dos bandos persiguen un mismo fin, el miedo a la derrota se ha convertido en victoria para las dos partes.
Ya nadie recuerda que era una lucha, ni cómo ni porque empezó, tampoco importa, solo importa el aquí y el ahora, el momento, y el momento es este, la guerra de poderes se ha convertido en un baile de sensaciones, el obtener ahora es ofrecer, y acaba por estallar, la voz que crispaba ahora es un gemido que estremece y hace que acabemos por fundirnos en uno, sin vencedores ni vencidos, tan solo con la sensación de haber tocado el cielo una vez más.
Tú vuelves a tu dominio, yo recupero mi libertad, esta vez no hubo vencedores ni vencidos, la partida quedó en tablas, quizá no volvamos a encontrarnos y este sea el dulce sabor de boca que nos quede, quizá volvamos a entablar otra batalla, la vida sigue, el espectáculo debe continuar.
Te pones la placa de “sheriff”, con razón o sin ella vas a imponer tu ley…
Mi instinto primario sale otra vez, soy potro salvaje y no vas a domarme, tiras del lazo, y cuanto más sujetas, más intento zafarme de él, no vas a poder, nunca leíste “el hombre que susurraba al oído de los caballos”, tampoco esta vez vas a domarme, aún no nació el vaquero capaz de hacerlo.
Punto álgido de la doma, en la guerra todo vale, tirón de la cuerda, cada vez más cerca, has de hacerme ceder, relincho…, roce de piel…, toda la rabia y el orgullo se transforman, ya no dices…, ya no digo…, no hay palabras, de repente hay acuerdo sin hablar.
La voz dura se ha convertido en susurro, la mirada fría ahora quema, los puños apretados con rabia descubren formas infinitas, regresan al que una vez fue el punto de partida, el descontrol ha cambiado su forma de expresión, los dos bandos persiguen un mismo fin, el miedo a la derrota se ha convertido en victoria para las dos partes.
Ya nadie recuerda que era una lucha, ni cómo ni porque empezó, tampoco importa, solo importa el aquí y el ahora, el momento, y el momento es este, la guerra de poderes se ha convertido en un baile de sensaciones, el obtener ahora es ofrecer, y acaba por estallar, la voz que crispaba ahora es un gemido que estremece y hace que acabemos por fundirnos en uno, sin vencedores ni vencidos, tan solo con la sensación de haber tocado el cielo una vez más.
Tú vuelves a tu dominio, yo recupero mi libertad, esta vez no hubo vencedores ni vencidos, la partida quedó en tablas, quizá no volvamos a encontrarnos y este sea el dulce sabor de boca que nos quede, quizá volvamos a entablar otra batalla, la vida sigue, el espectáculo debe continuar.
2 lo ven a su manera:
Ya quisiera yo un poquito de esta guerra para mi...
;-(
un besazo guapa..
tan lindo ....que no sé que mas decirte..
:´(
dejarse vencer para ganar.... buena estrategia... potro salvaje...
jejejeje!!!
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